El alma de la ciudad, de Jesús Sánchez Adalid, es una novela histórica ambientada en la Edad Media (siglos XII y XIII aproximadamente) en la que se narra la vida de Blasco Jiménez, un humilde lugareño de Ávila que bajo la tutela de un prelado consigue llegar alto, narra sus viajes, experiencias, sentimientos, etc.
Es un buen libro, con un argumento sólido en el que juega un papel importante el trabajo de documentación que ha realizado el autor para poder disponer los hechos de la forma más acorde a la España de los siglos XII y XIII.
En esta misma línea, se ponen de relieve los temas principales de esta época histórica como la convivencia de tres culturas, la cristiana, la islámica y la judía, y la interrelación entre sus respectivas tradiciones y sus diferencias.
Por otro lado, el autor hace, en algunos casos, una profundización mayor en ciertos temas, con lo que a veces resulta un poco pesado leer esta novela, también porque habiéndolo tratado ya una vez vuelve sobre ello. Y en cambio, otros temas los describe superficialmente y el lector puede quedar con ganas de profundizar en ellos.
En cuanto al estilo literario, es actual y dinámico, no muy difícil de leer pero con un lenguaje culto y los diálogos ajustados a la manera de hablar de la época.
La caracterización de los personajes no es superficial, nos son personajes tipo, sino que se profundiza en temas como la moralidad que les guía a la hora de actuar, y no se conocen solo por sus acciones, son personajes que se detienen a reflexionar aunque lo que luego lleven a cabo sea insensato o incoherente con quienes son, su educación, etc. Si bien es cierto que como en toda novela aparecen personajes que se caracterizan por sus acciones interesadas, traiciones y mal vivir.
Con todo esto, y otros aspectos que se podrían comentar, considero que, al igual que el resto de las novelas de este autor, es muy buena, entretiene, informa, permite conocer partes más concretas de la historia de España, y hace que quien la lee disfrute haciéndolo.
¡Qué buena crítica, Cristina!
ResponderEliminarSigue la tendencia de escribir sobre novelas históricas...