Muchos son los avances tecnológicos que hemos sufrido en las últimas décadas y la biblioteca ha sabido adaptarse y sacar provecho de estos cambios. Llegó la automatización, los auto préstamos, etc. y todos ellos han conseguido hacer la vida un poco más fácil al usuario y, por supuesto, al bibliotecario. El último cambio que se está viviendo en las bibliotecas atañe a toda la industria del libro. Y es, ni más ni menos, que el famoso libro electrónico, un pequeño soporte del tamaño de un libro de bolsillo, en el que se puede almacenar hasta una biblioteca entera.
Los primeros movimientos que se están dando en España vienen de la mano de las bibliotecas universitarias, donde ya se están poniendo al alcance de sus estudiantes libros electrónicos con contenido exclusivamente docente. Pero estas no son las únicas bibliotecas que se han hecho con el poder de este nuevo dispositivo, a ellas se unen las bibliotecas provinciales y municipales de distintas partes de nuestro país, Huelva, Donostia, Badajoz, Cataluña y el ya conocido proyecto de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez en Peñaranda de Bracamonte “Territorio Ebook, que parece haber agradado a usuarios y bibliotecarios. Muchas de estas bibliotecas han optado por poner a la disposición de sus usuarios un manual de cómo se usa el dispositivo junto con las nuevas normas de préstamo en una página web independiente a la de la biblioteca. Lo único malo es que solo se han podido poner a disposición del usuario libros clásicos sin derechos de autor, aunque no se descarta que en un futuro se puedan digitalizar libros actuales.
La biblioteca pública de los Estados Unidos cuenta ya con una “biblioteca de ebooks” que cuentan con la función de quedarse bloqueados en el dispositivo cuando pasa el tiempo de préstamo, evitando así las sanciones. Incluso la marca Sony se ha aliado con las bibliotecas para sacar al mercado un libro electrónico que podrá descargar directamente al dispositivo un libro de la biblioteca y que a los 21 días desaparecerá, dejando así que otra persona pueda descargárselo. Cabe destacar la agradable apariencia que tiene la página de préstamo de ebooks, recordando quizás a algunas páginas como Librarything, en las que además de la portada, el resumen y datos del libro, podemos ver libros que también le podrían interesar al lector. Tiene todo lo que se echa en falta al consultar un catálogo normal de biblioteca. ¿No es esta una de las funciones principales que una biblioteca debería cumplir?
En definitiva, entre Europa y Estados Unidos existe una notable diferencia, en unas son los lectores los que se prestan y en otros los ebooks, siguiendo más de cerca la función de la biblioteca. Igualmente, cualquiera de estas dos opciones genera expectación, ¿hacia dónde se dirigirán los esfuerzos bibliotecarios a partir de ahora? Lo que está claro es que los objetivos de los bibliotecarios se están expandiendo cada vez más gracias a las nuevas tecnologías y deben aprender a manejarlas en su propio beneficio.
Aquí podéis ver la biblioteca virtual de la biblioteca pública de Estados Unidos:
eNYPL
Y por último os animo a que busquéis “Territorio Ebook” en Youtube, seguro que os lleváis una grata sorpresa.
Nidia Jiménez Fernández
Patria. Fernando Aramburu
Hace 6 años
Nidia, y ¿qué opinas sobre la relación entre libros electrónicos y lectura de placer? ¿Se puede disfrutar igualmente teniendo en las manos un dispositivo de plástico y metal en lugar de un libro de papel?
ResponderEliminarEs una buena pregunta, pero tengo muy clara mi respuesta personal. Creo que no importa desde donde se lea el libro, las palabras van a seguir llenandonos de la misma manera. Lo único que va a cambiar es el formato, no la diversión de poder leer un buen, o no tan buen, libro.
ResponderEliminarDigamos que la magia de las palabras se imprime ahora en el formato electrónico pero el placer de leer va a seguir intacto.