Éste es el título que llevaba el PowerPoint con el que la profesora Michela nos introdujo el tema del día de hoy (05/03/2010).
Como novedad, hoy "emigramos" por primera vez de clase y nos ponemos a trabajar en una de las salas de ordenadores. Esto, aunque parezca una tontería, a mi me supone una alegría tanto por el hecho de que la clase en sí se hace más ágil, dinámica… como por la comodidad que ofrecen las sillas de ordenador, en comparación con las otras.
Pero ciñéndome al tema con el que comenzaba, hoy hemos visto una parte importante de lo que serían los Servicios de Orientación a la Lectura (SOL), y no es otra que las herramientas que permiten en gran medida su existencia. A pesar de ello, “los recursos para la selección y localización de obras de ficción aún no se han incorporado a los servicios de orientación”. Las herramientas o recursos de los que hoy en día disponemos podríamos clasificarlos en las siguientes categorías:
- Personal de las Bibliotecas: Desde mi punto de vista, éstos tienen dos grandes ventajas. La primera sería que, por lo general, los bibliotecarios suelen ser lectores y, por lo tanto, conocedores del mundillo editorial, las novedades... La segunda ventaja sería que pueden proporcionar asistencia tanto directa como indirecta.
- Recursos Impresos: Destacan las guías de lectura, pudiendo mencionar como referentes aquellas que la profesora tuvo a bien mostrarnos físicamente en clase: The readers’ advisory guide to genre fiction de Joyce G. Saricks, The readers’ advisory guide to nonfiction de Neal Wyatt y Genreflecting: A guide to popular reading interests de Diana Tixier Herald. Como se puede ver, ninguna de las obras mencionadas por Michela, y por ende las más importantes o representativas (supuestamente, pues todo punto de vista es subjetivo), están escritas en español o han sido desarrolladas por profesionales del mundo bibliotecario español. Esto provoca un cierto vacío que, por otro lado, puede dar lugar (y sería conveniente e interesante) a iniciativas encaminadas a eliminar dichas carencias.
- Recursos Electrónicos desarrollados por profesionales: Novelist, Fictio L y los servicios virtuales de orientación al lector que ofrecen algunas bibliotecas son algunos de los más importantes dentro de esta categoría, pero a mí me gustaría destacar, sobre todo, la Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Se trata de una institución pública puntera en la investigación de los temas que aquí estamos tratando, participando y desarrollando activamente en el fomento de la lectura y la innovación educativa.
- Recursos Electrónicos basadas en contenidos desarrollados por lectores: Aquí sería conveniente establecer una distinción:
-- Librerías electrónicas: Amazon y La Casa del Libro son dos muy conocidas. Aportan lecturas relacionadas basándose en las compras realizadas y, lo que es más importante, cada libro está comentado, criticado o evaluado por los propios lectores, siendo ésta una fuente de gran valor.
-- Recursos basados en la Web 2.0: Aunque hay más, solo voy a mencionar LibraryThing. Es una aplicación que permite ponerte en contacto con lectores con gustos afines a los tuyos, compartir tu biblioteca personal, consultar la de los demás…
Todos estos recursos o herramientas pueden proporcionar puntos de acceso, resúmenes, material evaluativo sobre el autor, puntos de vista y, todo ello, con el valor añadido que puede aportar un profesional.
Para ver todo esto de una forma más real y acercarnos a estos recursos, hemos comenzado una práctica relativa a Novelist. Tiene varios inconvenientes como son el idioma (está todo en inglés, para mi desgracia) y el hecho de que solo podemos acceder a esta herramienta desde la red de la UCM. A pesar de ello, resulta útil.
A modo de conclusión, quisiera incidir en la necesidad de desarrollar nuevas herramientas, iniciar nuevas investigaciones, fomentar la lectura y aplicar a la realidad bibliotecaria los recursos y las herramientas de los que ya disponemos, pretendiendo con ello que los SOL que mencionaba al principio jueguen un papel más importante del que han tenido hasta ahora.
Patria. Fernando Aramburu
Hace 7 años
Estoy de acuerdo con Raúl. Aparte de más presencia de la orientación y promoción de la lectura en los planes de estudio, estos temas necesitan más investigación. Las guías de lectura o toda otra herramienta de documentación en materia literaria están sujetas a condicionantes culturales y, por muy útil y formativa que la experiencia anglosajona pueda resultar para nosotros, necesitamos conocer mejor cómo estas herramientas, pensadas para culturas parecidas pero distintas, se ajustan a la producción cultural española y al público lector de aquí. Solo entonces sabremos cómo y con qué limitaciones pueden aplicarse, y sobre todo con qué pueden complementarse. La única experiencia comparable con los recursos americanos es el SOL de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez que, si embargo, se especializa en una franja concreta de la población lectora que son los lectores de literatura infantil y juvenil. Para los demás lectores – que, ojo, no son pocos - no podemos prescindir de los recursos anglosajones, por lo menos de momento...
ResponderEliminarEl SOL tiene sus limitaciones pero es lo único y en el ámbito hispanoamericano debemos apelar a él si queremos algo en español. Esto supone para nosotros, de este lado del Atlántico, que ni siquiera accedamos a un porcentaje de libros porque no llegan a nuestros países.
ResponderEliminarCon cariño desde Argentina,
Fernanda