miércoles, 10 de marzo de 2010

Estudio de la Cultura del Texto y la Lectura: la primera clase

Aunque pueda parecer extraño, la educación que hemos recibido a lo largo de la carrera nos han preparado para ser unos estupendos documentalistas y especialistas en la técnica de la Biblioteconomía, pero no nos han convertido en bibliotecarios. Hago esta distinción porque, en mi opinión, un bibliotecario es la persona capacitada para tranajar en una biblioteca, una persona formada para ayudar a los usuarios siempre que lo necesiten y que, además, sepa mantener un trato cálido y personal con cualquier persona que entre en su centro.

Esto puede ocurrir en otras muchas profesiones. Por ejemplo, una persona que ha estudiado magisterio puede tener una muy sólida formación, pero todos sabemos que ser un buen maestro es algo más. Y, en nuestra profesión, una respuesta a ese "algo más" puede ser el saber orientar al lector en el mundo de la lectura.

Hoy en día, se suele decir que la población cada vez lee menos y que eso influye negativamente en la educación y la lectura. Es cierto que cada vez tenemos más opciones para un entretenimiento pasivo, que no implica ningún tipo de esfuerzo intelectual. El ejemplo más claro es el de la televisión. Por ello, es bueno que se haya ver la lectura como algo atractivo, un entretenimiento tan agradable o más que otras formas de ocio más populares. Debemos eliminar el tópico de la lectura como algo aburrido y académico, y acercarlo al ciudadano común. Y, en ese aspecto, el bibliotecario tiene una gran responsabilidad y mucho trabajo por delante.

La biblioteca ofrece la posibilidad de acceder a la lectura de una manera gratuita. esta es una gran venataj frente a otras formas de ocio, ya que el único gasto que se hace es el tiempo invertido en ir y en escoger una lectura. Pero es posible que una persona que no está acostumbrada a ello se sienta abrumada ante tal cantidad de libros, y en el peor de los casos, se rinda y lo deje. Si esto ocurriera siempre la biblioteca perdería su razón de ser, ya que si no hay usuarios, no hay biblioteca.

Ahí es donde entra el servicio de la orientación a la lectura. Por estas razones, considero muy importante que los futuros profesionales llevemos un buen "equipaje" de conocimientos teóricos y prácticos. Por lo que he podido hablar con algunos compañeros, muchos se sentían algo defraudados por ciertos aspectos de la carrera. ¿De qué sirve tener una formación técnica tan perfecta, si luego muchos profesionales no saben cómo interactuar con el usuario? Cuesta creer que un aspecto tan básico de nuestra formación sólo se oferte como optativa.

El futuro de la biblioteca está en el usuario, y el hecho de que el usuario se acerque a la biblioteca, la disfrute y la mantenga viva, no sólo depende de él. El profesional tiene una gran resposabilidad en este aspecto, y por ello, considero que esta asignatura puede ayudarnos muchísimo en un futuro, tanto a nosotros como profesionales, como a los usuarios y a la biblioteca en la que trabajemos.

2 comentarios:

  1. Huelga decir que estoy absolutamente de acuerdo con todo lo que dice Zuriñe. Como decíamos en clase, creo que el dejar de lado al usuario o la interacción con los que acuden a las bibliotecas y centros de documentación hace que nuestra disciplina goce de tan poca popularidad y siga siendo una gran desconocida por la mayoría de la ciudadanía, aunque desarrollamos una labor social.

    La lectura no es nada aburrido, puede proporcionarnos momentos de auténtico placer y entretenimiento y, como dice Zuriñe, nuestra misión debería ser la de difundir este mensaje. Sin embargo, y posiblemente justo por eso, se mira a la promoción de la lectura como algo secundario que no merece la atención de los problemas informativos “serios”. Es una pena porque con eso perdemos la oportunidad de darnos a conocer y de establecer una conexión fructífera con la ciudadanía

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  2. Me uno a lo anterior. Tras haber realizado el practicum el año pasado y en una biblioteca pública sólo puedo decir que el contacto con la gente es lo que hace sentir bien. Yo, aunque suene pedante, me sentí bibliotecario cuando pude hablar, recomendar y aprender de los "usuarios". Bien es cierto que el aspecto técnico es también fundamental pero no hay que olvidar que nosotros trabajamos para un público, que entiende a Dewey ni la CDU y no saben quien es Otlet.

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